frondosos bosques y esbeltas montañas; misterios y leyendas en cada rincón; una naturaleza exuberante, nieblas, tradiciones, gastronomía honesta y calma; y por encima de todo, generosidad y cultura atlántica, arraigo y humanidad, mucha humanidad.
y pone en valor, de forma humilde y muy personal, el origen y la historia de los herri-kirolak (deportes rurales vascos en euskera).
le asemejan mucho, tanto en la forma de cría, al aire libre, en libertad y con alimentación espontánea, sobre la marcha, como en
A destacar el notable paté de la casa, un misterioso “envuelto” en velo de tocino, la piel con lima, y la panceta con tomate